Desde el principio de la expresión artística en la Arquitectura la decoración ha sido una constante que revela los valores culturales y artísticos de cualquier sociedad.
Desde la Prehistoria la decoración nos acompaña no sólo como una forma más o menos estética de hacer más agradable el uso de los objetos sino que forma parte de todo un lenguaje reconocible y lleno de mensajes de una comunidad. A veces, relatan historias, que por el formato alargado y rectangular, hacen de la arquitectura y sus espacios un soporte para datos históricos testimoniales.
Así podemos reconocer estilos artísticos y también la descripción de los hábitos y costumbres. Se conforma así en la decoración de paredes, dinteles, columnas, pilares, lugares de paso, objetos de uso cotidianos un testigo de la sociedad que los crea.
En este sentido os dejo un enlace de Joaquín Lorda en la página de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra que explica muy bien la historia del ornamento y sus motivos principales.